miércoles, 12 de noviembre de 2008

Duele el beso

Es esa una boca para morder.

Pensar en evadirla es error inoportuno.
Sacrilegio. Fantasma.
Él está ahí para que lo beses.
Tiene hambre de tu sol. Entonces vé
a colmar sus ansias de una mujer
desarropada

Abiertas tus alas
hacia esa boca
que ansía ser besada.

Desde la cama absurda toda una noche
esperaste por vos misma.
Creías que los príncipes
sólo existían en sueños.

Te buscaste
la soledad
el naufragio
engañado vacío
dejarte lo bastante desierta
siempre en la misma cama
que amanecía breve y efímera

Ahora date la vuelta.
Mirá:
abrí las heridas
y dejá que ese beso
te las cure.

Bien adentro.

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