domingo, 30 de diciembre de 2012

Finales y comienzos

Creímos en un momento que era el fin.
Se nos apagó la luz, casi nos estrellamos contra una tormenta que no supimos o no quisimos evitar.
De un día para el otro, nos vimos caer por un precipicio hondo y continuo, que duró tal vez meses. 
Y un día fue Basta, fue Ya no, fue Hasta acá.
Y el año se nubló y toda la vida, esa vida, ya no fue más.
Quedó detrás de una puerta blanca, detrás de un pasillo largo y fresco, quedó entre las plantas y los gatos y yo me fui.

Y mientras me iba de un pasadizo oscuro, entraba a un lugar de pura luz, tanta que al principio me enceguecía y me dolían los ojos del sol.
Tal vez estaba empezando a ver, de nuevo.
Se hizo una tremenda luz de plantas y colores, y una casa chiquita pero mía, música, comidas, horno propio y un lugar nuevo, este que me albergó cálido, amable.
Este que abrazo con amor y con todo el calor de un hogar.

Así, viene una vida, se va otra, somos hojas al viento o flotamos en la corriente y lo importante es que al final, sí, sobrevivimos.

No fue el fin, pero sí un fin.

Y ahora, aunque se viene fin de año, yo sé que los finales y los comienzos ocurren donde sea, cuando sea, en cualquier tiempo, si estamos vivos.