Cristal

Llueve
y porto mis anteojos
casi con algarabía

puedo hacer lo que sea
detrás de ellos

sacarles la lengua
proponerte el silencio
despojarme de todo
avanzar por la vida

convencida
de que hoy llueve fuerte
de que hoy te quiero
de que hoy soy esta que ves

algo más
tal vez seguro
hay detrás

como yo
que soy otra detrás de los anteojos

soy otras
tantas

según el cristal
con que se (me) mire.

Enreda-dera

Trepar por las palabras
como enredadera

como si en ellas
se reescribiera

vida

entrenar el oído
parte de la visión
el cuerpo las manos

para afinar el ángulo
que cubre esta distancia

querer ser más
siempre

todo
lo que te haga reír
sufrir
padecer
vibrar

ser la nota precisa
que te despierte
te duerma

te sacuda

aunque bailes a tu ritmo
tan tuyo

y yo
pretenda encontrar
el mío

lo mío
en estas calles
estas y otras palabras

cruces
imbrincados y errantes

como enredadera.

feliz año (chino)

Dijo Ludovica:

Tigres. Busquen refugio en la naturaleza, en la jungla donde saben encontrar los frutos que necesitan para estar en línea y sanos; en la persona que los ama y los contiene en sus viajes interiores y exteriores; en los amigos que siempre están cuando las cuentas caen y hay que pagarlas, y además disfrutan tomando un buen vino con ustedes y filosofando.
(?)

En la luna

Dijo él:
Podés estar encerrado aunque estés en la luna.

Ella sonrió
y lo quiso

un poco más.

Todo ser humano tiene en su interior, en su alma,
un sonido bajito, su nota, que es la singularidad de su ser,
su esencia.

Si el sonido de sus actos no coincide con esa nota,
esa persona no puede ser feliz.

Sofía Prokoffieva.

Esencia

Me queda corto el día
corto el llamado
corta la luna, menguante ya

en medio de una noche así
esta noche de hoy
tu voz allá y acá
una distancia verde

que siento en el cuerpo
aunque mi alma esté con vos
debajo de una sábana blanca

y solamente quiera erizar los pelos de tu cuello
besarte otra vez
reencontrarme con ese hombre que sabés ser
tanto

acurrucarme adentro de tu guarida
embadurnada de tus tintas
eso tan rico
que sale de vos

rebuscar y relamer tu esencia
pura intensa

toda alrededor.

Abre

caminaba por la calle
fuerte viento creciendo
qué suerte
hoy
cuatro chicos abrazándose en la esquina
y el olor a choripán
la vida sucediendo
a mi alrededor

eso

a zancadas
disfrutando del poder del aire
contra el aire

algo se abre
quiere abrirse

dejémoslo, pues.

Buen día

Ganas

La noche el día
un anhelo de vos
aires buenos corren
de frente boca arriba
de calle en la plaza
rodeada de luces
el sol
que hierve un rato
batucada de a ráfagas
se escurren

bailar qué ganas
qué ganas
de todo
del ruido la música
esta luna esa luna
ahí arriba
un olor un camino
viento poderoso
detrás de mi cabeza
adelante un cielo salvaje
un color
celeste
o rosa
una posible vida

domingo nuevo
no estás pero estás
más que adentro
estás
en ese mundo paralelo
pisando la tierra
nuestra
de cada día

de vuelta
recorrer el aire
y ganas de todo

todo con vos.

todo ES amor

Gerberas

Decíme si no parece primavera

Enfocar

Felices Reyes

Visión de reojo, Luisa Valenzuela

La verdá, la verdá, me plantó la mano en el culo y yo estaba a punto de pegarle cuatro gritos cuando el colectivo pasó delante de una iglesia y lo vi persignarse. Buen muchacho después de todo, me dije. Quizá no lo esté haciendo a propósito o quizá su mano derecha ignore lo que su izquierda hace o. Traté de correrme al interior del coche –porque una cosa es justificar y otra muy distinta dejarse manosear- pero cada vez subían más pasajeros y no había forma. Mis esguinces sólo sirvieron para que él meta mejor la mano y hasta me acaricie. Yo me movía nerviosa. Él también. Pasamos frente a otra iglesia pero ni se dio cuenta y se llevó la mano a la cara sólo para secarse el sudor. Yo lo empecé a mirar de reojo haciéndome la disimulada, no fuera a creer que me estaba gustando. Imposible correrme y eso que me sacudía. Decidí entonces tomarme la revancha y a mi vez le planté la mano en el culo a él. Pocas cuadras después una oleada de gente me sacó de su lado a empujones. Los que bajaban me arrancaron del colectivo y ahora lamento haberlo perdido así de golpe porque en su billetera sólo había 7400 pesos de los viejos y más hubiera podido sacarle en un encuentro a solas. Parecía cariñoso. Y muy desprendido.

Empezar

Empezar

por el cuerpo
y por el alma

caminar las calles vacias
pisando cada baldosa
despacio

dos viejos comen en la calle
veo pasar tres señoronas
vestidas de punta en blanco
raras las tres

gente se para frente a una licorería
pasan los autos
pocos

se nubla y corre viento
quiero ser este silencio así
da gusto estar acá
ciudad adentro
calle desierta paz de campo
casi

abrazo este día
las ganas de una siesta

soñar
saber

querer
empezar

tempranito y humeante
el 1 del 1.