En el fondo, el placer de follar no supera al de comer.
Si estuviera prohibido comer como está lo otro, habría nacido toda una ideología, una pasión del comer, con normas caballerescas. Ese éxtasis del que hablan -el ver, el soñar cuando follas- no es sino el placer de morder un níspero o un racimo de uvas.
Cesare Pavese, El oficio de vivir
1 comentario:
muy bueno
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