Vengo de padecer una guerra en mi cabeza
un auténtico retumbar de disparos
cañonazos
taladros mecánicos
golpeteos con furia
ametralladoras
que amenazaban con hacer estallar
mi cerebro
mi cuerpo
y mi cordura.
Me abracé lo más fuerte que pude
a la mirada de mi hermana
la voz de Miranda
la cara de mi instructora de yoga
ong namo gurudev namo
las caricias a los gatos conocidos
el ronroneo y los ojos cerrados de placer de los gatos conocidos
el césped semihúmedo de la casa de San Miguel
el cielo de Casares
el trigo de Casares
Todo ese tiempo
mis manos rozaban mi panza
concientes de que manos y panza son mías
y que yo
por suerte
me tengo a mí misma
aun dentro de ese
cono de ruidos
y fuera también
en este tubo un poco más extenso
y amigable
que es la vida.
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