La felicidad viene en taza chica, supe, con el capuccino flameando sobre la mesa.
Canela, chocolate y crema flotaban sobre la superficie, generosos.
Vos encontrás belleza en cualquier lado, me habrían dicho una, dos, cien veces.
Pienso. Miro a niño que sale otro que entra. Plano a hombre con servilleta celular en mano.
Corte a plano a taxista mirándome fijo.
Estamos todos en el mismo lugar.
Embarullados en la nada con forma de ciudad.
Esperando salir.
2 comentarios:
Bellísmos los últimos tres versos, Gis.
Y esa foto del perfil... sos muy fotogénica (creo que lo dije). ¡El tema es que en directo tampoco aflojás, che!
Gracias Franco, viniendo de un literato como vos lo considero un gran elogio.
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