Llega noche otra vez
y llegan ellos
con olor a avión
desprendiéndose claro de sus ropas
casi ya es familiar
las idas las vueltas
el deshacer kilómetros de cielo
se ha vuelto rutina
mientras ellos llegan
reacomodan
lloran lo no llorado
se tragan lo demás
otros
se van de donde nunca estuvieron
dejando soledades intactas
apagando tibios fulgores
de tibia esperanza
rematando la posibilidad
remota de ternura
esa ternura que se puede coser
día a día
bajo las sábanas o sobre ellas
de la mano en la calle en la esquina
cualquier rincón cualquier destino
nada importa
ellos vienen
vos te vas
vos te fuiste
antes de venir
sentarte y decir linda
acomodarte y mirar muebles
o fotos
reír posar
improvisado sillón
vos
en un mundo paralelo
estás tal vez
a más de 10500 kilómetros
sin avión.
Pedro Páramo
Hace 8 años.