Una humedad creciendo verde en el pasto
entre tres gatos que maullan
queriendo entrar
a la casa
pronto les abren la puerta
y se acurrucan
fuerte a la estufa
con cara de plena satisfacción
humean las tazas de café
sobre el piano
antes de salir
al frío
la calle
abro mi paraguas
amenaza con quedarse a medio camino
salgo a caminar las 6 cuadras de Boedo
inundación parece más allá
ciertamente
porque las casas y los techos tan bajos
dejan caer la lluvia
se abren ante ella
recorro bodegones
parrillitas
cantinas
sale olor a cocina
casera por donde se la mire
cruje familiar a lo lejos un ruido
chorizos y morcillas asándose en la vereda
me llevan
el aire casarense
congelado
húmedo
acogedor
entrañable
del invierno
todos los inviernos
extrañar Casares
como algo muy precioso
y preciso
latente en el medio
de la memoria
extrañar Casares
como un sonido
un color
verde y a veces gris
la impunidad del aire
ráfagas en mi cara
los años generosos
de esa vida
que precedió a esta vida
arremeten
y le ganan a todo
en días como hoy.
1 comentario:
Gisella,
No creas ni por un minuto, que no te leo, te sigo, te espero, te creo y te disfruto; porque en cada palabra que escribís está un pedacito del rompecabezas que al final nos encontrará hablando de las cosas del día, de la noche y de tantas otras. Como debe ser.
Javier
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