Parecía que la vida
nunca lo atravesaba
iba orondo por ella
como un niño
eterno
sin surcos en la cara
que dieran cuenta de los años pasados
se empeñaba siempre
en las mismas preguntas
con las mismas respuestas
encerradas y pequeñas
el día a día lo precupaba más
que la vida entera
ni el porqué
ni el cómo ni el cuándo
eran problemas para él
en su burbuja
celeste
todo se teñía de variados colores
al tiempo que la vida seguía pasando a su lado
en caras y formas distintas
mientras tanto él
seguía riendo y asintiendo con la cabeza
y la cara de poker.
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