Ellos mirándose
seduciéndose
enroscándose
buscando un surco
por donde adentrar
sus inseguridades
su inocencia
la música
sonando fuerte
timbrando en mi cabeza
sin cesar
alocada
ellos
bailando al son
de un deseo
la inmortalidad
ya
ahora
yo
sentada en el rincón
casi en penitencia
pensando
estoy de este lado
del mundo
donde ya sé
que la música
termina
y el camino
se angosta
donde ya no hay tanto lugar
a dudas
desatinos
inconciencias
de este lado
que adolece
la pérdida
de ese sabor dulce
almibarado
incierto
imperioso
un amor que dure y que arda
la caricia nueva
los ojos en los ojos
como la única verdad
ahora
esas verdades
se descascaran
me pregunto
qué habrá
debajo
Pedro Páramo
Hace 8 años.
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